El ex dirigente del PCE Julio Anguita ha recordado hoy que las dos Repúblicas españolas surgieron en momentos de dificultad económica y convulsión social, por lo que la España actual invita a construir una III República que defienda el interés general y resuelva los flecos pendientes desde la Transición.
Anguita ha ofrecido una conferencia en la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense para exponer los ejes sobre los que gira el proceso de creación de la III República que ha puesto en marcha el Partido Comunista (PCE), charla a la que han asistido el secretario general de este partido, José Luis Centella, y el coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara.
El PCE va a impulsar la creación de la III República a través de una Conferencia que tendrá lugar el próximo 27 de noviembre, y que estará abierta a la participación y aportaciones de todos los movimientos republicanos que quieran sumarse, aunque aún pese el "miedo" al debate sobre esta cuestión, según ha denunciado Anguita.
La República, según el histórico dirigente del PCE y de IU, "no puede venir por un accidente", sino por la voluntad de quienes la defienden, que deben estar dispuestos a cimentarla "ya", puesto que cobra todo su sentido un contexto de crisis económica.
Además de surgir en medio de crisis profundas, las dos Repúblicas se caracterizaron por tener que afrontar las "facturas impagadas" de sus anteriores regímenes y hacer frente a los conflictos sociales y a las concepciones de Estado que había en España.
Hoy, en medio de una crisis global en la que "está en cuestión todo", no sería distinto, ha augurado.
La Constitución de 1978, el "documento más incumplido"
Y es que además de la necesidad de garantizar los derechos humanos y sociales, y de defender los intereses generales por encima de los empresariales o financieros, quedan flecos pendientes como la propia configuración del Estado y las reivindicaciones nacionalistas, o la vinculación de la Iglesia con el Estado, problemas que la Transición "ni ha querido ni ha sabido resolver".
De hecho, ha criticado que la Constitución de 1978 sea el "documento más incumplido" de España, una especie de "trapo de cocina en el que todos se han limpiado las manos y han dejado inservible", y que esté vacía de contenido.
También ha lamentado que aún hoy el Estado español esté supeditado a la Iglesia y "bajo sus faldas", como lo demuestra el hecho de que el presidente del Gobierno vaya a reunirse esta semana con el Papa en la visita que éste va a realizar a España, cuando debería ser Benedicto XVI quien acudiera a La Moncloa.
Otro aspecto que la Transición no resolvió, a su entender, es la configuración del territorio, y ha abogado por un Estado federal con ejes comunes "intocables", puesto que en el sistema actual las comunidades autónomas "han vuelto a imponer el discurso centralista, pero alrededor de ellas", imponiéndose al resto de administraciones.
"Ha cambiado el amo, pero las prácticas siguen siendo iguales", ha lamentado.
En definitiva, la III República, según el histórico dirigente del PCE y de IU, no puede ser ajena a los valores de la izquierda comunista, entre otras cosas porque el socialismo es "la democracia lleva a sus últimas consecuencias".
José Luis Centella, por su parte, ha convenido que en ningún caso podrá ser una República "neutra" ni ajena a los valores de la izquierda comunista, como tampoco ha sido neutra, a su juicio, la actual Monarquía, que "ha contribuido a la consolidación de un sistema económico y social" de corte conservador.
Centella ha coincidido en que el momento histórico actual invita a que el republicanismo "dé el salto" y, sin renegar de la herencia de las I y II Repúblicas, pase de ser un movimiento testimonial y teórico, ligado a la memoria histórica, a convertirse en un movimiento consolidado y una alternativa real a la Monarquía actual.
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