¿Te preguntas por qué no avanzas más rápidamente en tu carrera profesional o por qué parece que nunca te tienen en cuenta cuando se trata de subidas salariales, ascensos o proyectos importantes? La respuesta puede ser que vacilas en algunas de las siguientes ocho conductas que acaban con la carrera profesional:
1. No promocionar tu propio trabajo
Tu trabajo puede ser fantástico, pero si nadie lo sabe no servirá para mejorar tu reputación, tu salario o tus oportunidades de mejora. Asegúrate de que tu jefe conoce tus logros, aunque se trate de las felicitaciones de un cliente difícil de contentar, muestra todo aquello que se salga de lo habitual en tu trabajo normal.
2. Ponerse a la defensiva
Si te pones a la defensiva cuando no obtienes comentarios elogiosos, puedes estar asestando un golpe mortal a tu carrera. Mucha gente simplemente deja de mantener conversaciones positivas con personas a la defensiva, así que es posible que tus compañeros te eviten y que tu jefe deje de decirte como mejorar. «Eso suena genial», podrías responder, pero implica que destrozarás las relaciones que necesitas para avanzar en tu carrera y negarte a ti mismo la información que necesitas para crecer profesionalmente.
3. Adoptar decisiones precipitadas
Ya sea cuando te vas del trabajo porque el jefe dijo algo que no te gustaba o aceptando una oferta laboral sin pensarlo detenidamente, tomar decisiones de forma impulsiva no tiene cabida en tu carrera. Las decisiones que adoptas sobre el trabajo tienen ramificaciones de largo alcance en tu cartera, tu reputación y tu calidad de vida diaria.
4. No ser asertivo
Puedes pensar que no buscar problemas es la mejor manera para tener éxito profesional, sin embargo no ser asertivo puede perjudicarte mucho más. Si consideras que una decisión está equivocada o que un proyecto está abocado al desastre o que te mereces un aumento, los buenos jefes querrán escuchar lo que tengas que decir. Existe una diferencia entre ser asertivo y ser odiosamente agresivo, por supuesto, pero manifestar tus opiniones de manera profesional es fundamental para el éxito profesional.
5. Ser demasiado negativo
Si estás quejándote constantemente por los proyectos nuevos, de las políticas de tu empresa y por qué tarda tanto el departamento de informática en arreglar la red, probablemente estés generando un mal ambiente para la gente y para ti. Lo mismo sucede con el humor negativo, si sueles hacer comentarios sarcásticos sobre tu jefe o del chico nuevo del pasillo, es posible que incluso aunque la gente se ría, te ganes una reputación de amargado y de tener una mala actitud.
6. Mentir
Si te pillan en una mentira, incluso por pequeña que sea o no puedan comprobarla, estás destruyendo tu credibilidad, y eso es algo que nunca podrás recuperar. Podrías ser escrupulosamente honesto durante los tres años siguientes, pero seguirán recordándote como la persona que mentía y en la que no se puede confiar del todo.
7. Ser crónicamente desorganizado
La gente presta atención a si haces lo que dices que vas a hacer, a cuando dices que vas a hacerlo, con independencia de si es tan poca cosa como reenviar un documento que prometiste en una reunión o tan importante como cumplir con los plazos de un proyecto. Si lo haces, la gente lo percibe y te creas una reputación de persona de confianza y alguien en quien puedes confiar. Si no lo haces, considerarán que no se puede contar en tu palabra.
8. No aprender las nuevas tecnologías
Podrías pensar que estás totalmente cómodo con la manera que tienes de hacer las cosas, muchas gracias, y, por tanto, no necesitas aprender las últimas tecnologías … pero, si te resistes a las nuevas formas de hacer las cosas, los colegas que no se resistan al cambio enseguida te dejarán atrás. Si te ves imprimiendo correos electrónicos para leerlos o yendo a la biblioteca para buscar algo en lugar de meterte en google para hacerlo, es probable que tengan en cuenta a otros trabajadores que sean más competentes tecnológicamente.
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