jueves, 20 de noviembre de 2014

20N fallece La Duquesa de Alba

La duquesa de Alba deja un patrimonio de 2.800 millones a repartir entre seis hijos

 La duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, ha muerto alos 88 años en Sevilla, en su residencia del Palacio de Dueñas, rodeada de todos sus hijos y su marido, Alfonso Díez. Catorce veces Grande de España, era la jefa de la Casa de Alba y una destacada figura de la vida social, a la que siempre le gustó pisar la calle y desafiar los convencionalismos. La aristócrata fue dada de alta del hospital por deseo de su familia.
La segunda mujer más rica de España -según la última lista de Forbes España-, tras la nueva presidenta del Banco Santander Ana Patricia Botín, tomó la decisión hace tres años, en julio de 2011, de proceder al reparto anticipado de su herencia, que ascendía en ese momento a unos 3.200 millones de euros, divididos en una veintena de palacios y castillos por todo el país y 34.000 hectáreas en terrenos.

El reparto, que se llevó a cabo por medio de una donación escriturada ante un notario de Madrid, permitió que desde entonces sus hijos (Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando, Cayetano y Eugenia), fruto de su primer matrimonio con Luis Martínez de Irujo y Artacoz, pasaran a ser titulares registrales de los bienes permaneciendo aún la duquesa gestionándolos y administrándolos.

Su fortuna, de 2.800 millones hoy en día según la lista de Forbes en 2014, la conforman principalmente cinco palacios: Dueñas (Sevilla), Liria (Madrid), Monterrey (Salamanca), Arbaizenea (San Sebastián) y Coria (Soria); el Castillo de Coca, en Segovia, la Finca Las Cañas, en Marbella, y el Panteón Familiar del Monasterio de la Inmaculada Concepción en Loeches, Madrid. Además, hay que incluir en este patrimonio los terrenos agrícolas, participaciones bursátiles, joyas y obras de arte, y los 45 títulos nobiliarios, que recaerán en su mayoría en el primogénito de los hijos de Cayetana, Carlos.

Al margen de sus casas en Madrid, Marbella, San Sebastián o Ibiza, destacan por su valor económico el madrileño Palacio de Liria, con una extensión de 3.500 metros cuadrados en pleno centro de la capital y valorado en 20 millones de euros; el de Dueñas, en Sevilla, con una superficie de 10.000 metros cuadrados y un valor estimado en unos 30 millones de euros; el de Monterrey, en Salamanca; el castillo de Coca, en Segovia (valorado en más de 30 millones de euros), o la Finca Las Cañas, en una de las zonas más exclusivas de Marbella.

Por otro lado, Cayetana Fitz-James Stuart posee una de las principales colecciones de arte del país, sólo por detrás de la de los propios reyes de España. La Duquesa de Alba es propietaria de obras de los pintores Murillo, Tiziano, Zuloaga, Goya, Picasso, Miró o Renoir, entre otros autores, en una pinacoteca de valor incalculable que empezó a atesorar el III Duque de Alba en el siglo XVI. Se calcula que tiene entre sus cuadros más valiosos una obra de Francisco de Goya valorada en 24 millones de euros.

También destaca, entre su patrimonio cultural, una extensísima biblioteca, que se calcula que reúne hasta 30.000 volúmenes y está valorada en 20 millones de euros, destaca uno de sus bienes más preciados: un ejemplar de la Biblia del año 1433, la primera traducción del texto sagrado del latín al castellano, valorada en 2,5 millones de euros, así como 21 misivas escritas por Cristóbal Colón. Además, posee un archivo histórico tasado en 41 millones de euros.

Control de la Fundación

Todo este patrimonio ya está bajo el control de la Fundación Casa de Alba, creada en 1975. Además, multitud de propiedades inmobiliarias están cedidas a instituciones públicas por lo que se benefician de la protección de la que gozan por la Ley de Patrimonio Histórico-Artístico y desde hace tiempo, los negocios de la Casa están dirigidos por los propios descendientes del clan Alba. Madrid, Marbella, San Sebastián, Ibiza, Salamanca o Segovia son sólo seis de los enclaves donde se encuentran repartidas estas residencias familiares. La Fundación Casa de Alba gestiona en estos momentos un patrimonio de unos 2.000 millones de euros.

La Casa de Alba no se ha librado de las expropiaciones: como recoge el libro Riquísimos, de Jesús Salgado, ha sufrido varias a lo largo de su historia. La última, en 1991, cuando la Junta de Extremadura legalizó la ocupación de las fincas Cabra Alta y Cabra Baja, en Badajoz. Recibió a cambio 400 millones pesetas, el equivalente a 2,4 millones de euros, como indemnización.

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