España ha dejado de ser un país barato. Al menos para la gran mayoría de los ciudadanos europeos, y, por supuesto, para los propios españoles, que han visto como en los últimos años el coste de la vida no da dejado de aumentar. Hasta el extremo de que los datos más recientes de Eurostat indican que España y Grecia son los países europeos en donde el coste de la vida ha crecido más desde el año 2000, poco antes de la puesta en circulación del euro. Un 14,5% en el primer caso y un 14,8% en el segundo.
Para el caso español, la consecuencia ha sido que hoy el coste de la vida roza ya la media de la Unión Europea. Asignando a la media de la UE a 27 un valor 100, España alcanzó el año pasado los 97 puntos, muy lejos de los 85 que se estimaron en el año 2000, cuando España era todavía un país ‘barato’.
Entre esos años, el coste de la vida se ha mantenido prácticamente estable en Alemania (de los 106,5 puntos al comenzar la década se ha pasado a 106,4), ha crecido un 8% en Francia, un 7,5% en Portugal o un 9,2% en Italia. Incluso en Irlanda, donde como en España han coincidido un boom inmobiliario y un fuerte aumento de la actividad económica, el coste de la vida ha crecido bastante menos. En concreto, un 9,1%. El país con coste de la vida más elevado es Dinamarca (144,6 puntos sobre una media de 100), seguido de Finlandia e Irlanda.
Si la comparación se hace con la media de la eurozona -los países de mayor renta y poder de compra- la distancia de España se sitúa todavía en 7,5 puntos (104,9 frente a 97,4) pero aún así se observa un creciente deterioro. En el año 2000, la distancia era de nada menos que de casi 20 puntos. Por lo tanto, cerca del triple que ahora.
Eurostat ofrece todos estos datos en términos de paridad de poder de compra, lo que facilita las comparaciones al eliminar el efecto de la inflación. Se trata, por lo tanto, de datos reales y no nominales.
Convergencia en precios, divergencia en salarios
La convergencia en precios, sin embargo, no se ha correspondido con una aproximación en salarios. Los datos últimos así lo atestiguan. Según este informe del Ministerio de Industria, la remuneración por asalariado (que incluye el pago de cotizaciones sociales) se situó en 2009 en 30.948 euros. Es decir, un 15,1% por debajo de la media de la eurozona, establecida en 35.645 euros. La diferencia es significativamente más elevada si se compara con las naciones más avanzadas. La remuneración media de un asalariado alemán es un 10,2% superior a la española, pero se dispara hasta un 39,7% en relación a un trabajador francés. Frente a Irlanda, incluso, se puede hablar de una distancia extraordinaria. La remuneración estándar se sitúa en 46.228 euros, un 49,3% más que en el caso español.
Según estos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), ver la primera tabla, en 14 de los 27 países de la Unión Europea los salarios son más altos que en España. A la cabeza de todos ellos Luxemburgo, Bélgica y Reino Unido. Por debajo de España se sitúan los antiguos países del bloque soviético y Malta, también en términos de paridad de poder adquisitivo. Sólo los salarios de Portugal se colocan por detrás de España entre las naciones que forman parte del euro.
La causa de esta evidente contradicción entre coste de la vida y salarios tiene que ver con la escasa productividad de la economía española, que ha conformado una estructura social de sueldos bajos. Mientras que la productividad por ocupado se situó el año pasado en España en 40.495 euros (a precios constantes del año 2000), en la zona euro se alcanza los 51.379 euros. Pero es que en Alemania llega a 53.638 euros, muy por debajo de los 62.550 euros de Francia. En Irlanda, incluso, se alcanza los 70.453 euros.
El alza del coste de la vida en España es más significativa si se compara con lo sucedido en EEUU, que se ha convertido en un país ‘barato’ para los españoles si se hace caso a las cifras oficiales. El nivel de precios en el gigante americano se sitúa en el 88,2% de la media europea, frente al 120,9% que se registraba al comenzar la década. La debilidad del dólar explica este fenómeno. Algo parecido sucede con Japón, que de ser un 56% más caro que la Unión Europea ahora es ‘sólo’ un 19%.
En los años previos al lanzamiento del euro siempre se dio como seguro que una de sus consecuencias de todo el proceso sería la convergencia en el coste de la vida. La causa tiene que ver con el hecho de que al tratarse de un mercado único sin barreras, las empresas tenderían a fijar los precios para el conjunto de la unión monetaria y no sólo en términos nacionales. Y así ha sido. Los últimos datos de Eurostat indican que la distancia entre los países con menor y mayor coste de la vida se ha reducido de 32 puntos en 2000 a 25,1 puntos en 2009. En el caso de la eurozona, la distancia ha caído casi cinco puntos (de 19,7 a 14,8), con una particular aceleración hacia la convergencia en precios -no en salarios- en el caso español.
Que viva el pais de pandereta!
ResponderEliminarSOMOS LOS MERJORES, ZAPATERO, FENOMENO, Y LOS DE MELILLA MEJOR TODAVIA, ZAPATERO ERES UNICO
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