¿Por qué dormir en un hotel de cuatro estrellas y pagar 100 euros por noche, cuando puedes hacerlo a menos de la mitad a cambio de renunciar al desayuno y al servicio de habitaciones? ¿Por qué desembolsar en el gimnasio 40 euros al mes, si puedes pagar la mitad? ¿Para qué coger un taxi al aeropuerto y dejarse un riñón, si compartiendo vehículo puedes obtener tarifas mucho más baratas?
La filosofía 'low cost' no deja de reunir adeptos a un modo de vida básico, práctico y barato, pero sin renunciar a la esencia ni a la calidad del servicio. Un modo de consumo que va mucho más allá de los vuelos de Ryanair, que ha creado un nuevo perfil de consumidor y que para muchos es una forma de hacer frente a la crisis con agilidad e inteligencia.
Una nueva forma de consumo
"Se trata de eliminar las partes superfluas de los servicios", afirma Javier Vello, socio responsable de distribución y consumo de PwC España. La consultora acaba de publicar el estudio "¿Un nuevo consumidor o una nueva forma de consumir?", en el que llegan a unas conclusiones sobre la nuevas tendencias. Según Vello, las empresas que quieren dar servicios de bajo coste optan por la eliminación de elementos que no aportan valor para dar servicio a un público "universal", más allá de jóvenes y personas con rentas bajas, que simplemente está dispuesto a pagar menos.
"Los consumidores gastan ahora de forma más inteligente y son cada vez más críticos: quieren saber qué les ofrecen y en función de eso saben cuánto pagar", señala Vello. Según el experto, las empresas 'low cost' se deshacen de valores como imagen o percepción por los que se suele -o se solía- pagar un alto precio. A cambio te ofrecen el servicio "desnudo" y en su esencia pero manteniendo una calidad razonable. Aunque advierte: "Muchos se han subido al carro del low cost sin serlo", mermadondo la calidad considerablemente y usándolo para atraer a un tipo de público.
Sencillez y practicidad
En el Hostal de la Luna de Sevilla lo tienen claro: su público viene únicamente a dormir y descansar. No ofrecen minibar, ni servicio de habitaciones por las tardes, ni comidas ni desayunos, pero sí un trato personalizado con habitaciones sencillas y un máximo confort. "Mucha gente se va a un hotel de cuatro estrellas y paga por unos servicios que luego nunca usa", afirma Mikel Ibarbia, gerente del negocio, que tiene a los grupos de amigos, familias y ejecutivos como público objetivo.
Aunque no tienen servicio de restauración, ofrecen a los clientes una sala con microondas y cubiertos que ofrecen gratuitamente. "Una persona que se ha gastado 10 euros en llegar a Sevilla en una aerolínea de bajo coste no está dispuesta a gastarse 80 euros por dormir en un hotel", concluye el máximo responsable de uno de los pocos hoteles con esta filosofía en la capital andaluza.
El hotel AHC de Cáceres también se ha unido al carro del bajo coste. "Basamos nuestro negocio en la practicidad y la autonomía del cliente sin renunciar a la calidad", afirma su directora Soledad García Blasco. Su secreto está en la reducción de personal al máximo: no hay servicio de habitaciones, y aunque disponen de una cafetería abierta 24 horas, los artículos se venden por máquinas expendedoras.
En este hotel de 115 habitaciones, que se considera como el primer 'low cost' de Extremadura, sólo cuentan con personal en recepción 24 horas y camareros para el desayuno. Por las mañanas ofrecen con buffet libre sin productos cocinados ni perecederos, y además tiene externalizado el servicio de ropa de cama y lavandería mediante un servicio de 'renting'. Gracias a esto el hotel puede ofrecer habitaciones dobles a 44 euros por noche en pleno centro de la ciudad.
Desde taxis hasta casas y gimnasios
Las empresas de servicios de bajo coste se extienden como la pólvora hacia otros sectores. En la recién estrenada página web lowcosttaxis.com ofrecen servicios de taxi por unos precios muy competitivos. Sólo hay que reservar la plaza como mínimo con 24 horas de antelación y no tener escrúpulos en compartir el vehículo con otros clientes para que el trayecto del aeropuerto al hotel te salga por menos de la mitad que en un taxi convencional. Esta empresa, filial de otro referente del bajo coste británico, lowcostholidays ('vacaciones low cost') está presente en zonas turísticas como Palma, Málaga o Gerona, entre otras.
La nueva cadena de gimnasios El Gym piensa abrir 40 centros en España con unas tarifas muy golosas. Por una cuota de 19,90 euros al mes se podrán usar las maquinas 24 horas y 365 días al año y sin renunciar a clases colectivas o entrenador personal. Hará la competencia a otros servicios del mismo estilo, como Basic Fit y Virgin Active, que ya se han empezado a establecer en nuestro país.
En Oporto, el proyecto LowCostHouses (casas de bajo coste) pretende rehabilitar los edificios del centro y crear oferta de pisos en alquiler a 300 euros al mes. Con ello no sólo se pretende crear un parque de vivienda accesible a los jóvenes y las rentas más bajas, sino también sensibilizar a inversores y propietarios para recuperar el mercado inmobiliario de la ciudad por unos precios más ajustados.
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