Elizabeth Warren es una de las figuras emergentes de la izquierda americana. Esta profesora de derecho en Harvard es la diseñadora de uno de los elementos clave de la reforma del sistema financiero aprobada hace año y medio, la oficina de protección del consumidor; crítica incansable de Wall Street, Warren es una de las pocas voces dentro del partido demócrata que habla claro sobre estos temas. Por descontado, los republicanos la odian, así que bloquearon su nominación para dirigir cualquier agencia que tenga que ver con la regulación del sistema financiero.
Lejos de desanimarse, Warren se presenta el año que viene al Senado en Massachusetts, intentando recuperar para los demócratas el escaño que perdieron el 2010 contra todo pronóstico. Los demócratas tienen grandes esperanzas en ella, y no es difícil ver por qué. Ayer, en un acto de campaña, le preguntaron qué opinaba sobre el plan de Obama de subir (un poquito) los impuestos a los ricos, y si creía que era “lucha de clases”. Su respuesta:
I hear all this, you know, “Well, this is class warfare, this is whatever.”—No! There is nobody in this country who got rich on his own. Nobody. You built a factory out there—good for you! But I want to be clear. You moved your goods to market on the roads the rest of us paid for. You hired workers the rest of us paid to educate. You were safe in your factory because of police forces and fire forces that the rest of us paid for. You didn’t have to worry that marauding bands would come and seize everything at your factory, and hire someone to protect against this, because of the work the rest of us did.Now look, you built a factory and it turned into something terrific, or a great idea—God bless. Keep a big hunk of it. But part of the underlying social contract is you take a hunk of that and pay forward for the next kid who comes along.
Es una defensa pura, simple y directa de algo tan simple como recaudar impuestos, explicado con claridad, pasión y sin avergonzarse de ello. Es también algo que nadie en el partido demócrata es capaz de hacer remotamente bien. O en la mayoría de los partidos de la izquierda europea, ya que estamos.
No sé si ganará el escaño el 2012; Scott Brown es un buen candidato, y si la economía sigue de mal en peor es probable que Obama acabe por arrastrar a los demócratas a otra derrota. Aún así, esta es la clase de voces que el partido demócrata, que vive asustado de su propia sombra desde hace varios años, debería utilizar más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario