Los rumores y especulaciones acerca de la salida del euro de un determinado país han disminuído, la Eurozona ya se ha acostumbrado a estas discusiones y términos como Grexit, Spexit o Quitaly se han convertido en parte del léxico de los mercados financieros. Ahora bien, hay más de una manera de salir de la moneda única, recuerda Matthew Lynn en su columna de Marketwatch.
Los países pueden permanecer en la Eurozona, pero las personas pueden salir. Y en su opinión, y a un ritmo dramático, eso es lo que parece estar sucediendo. "El área del euro y Europa están empezando a ver oleadas de migración a un nivel no visto desde los grandes éxodos del siglo XIX a los nuevos mundos de América y Australia".
Pero eso puede ser justo lo que la Eurozona precisa para que el euro funcione mejor, piensa Lynn. Claro que también podría dejar una periferia vacía. "Las cifras son alarmantes", comenta. La emigración italiana aumentó alrededor de un 30% el año pasado, llegando a 79.000 personas. Tradicionalmente, los italianos han emigrado, pero la categoría más importante ahora es la de los jóvenes de la parte norte, más rica, del país. Los menores de 40 años suponen la mitad del total, comparado con el 30% de dos años atrás.
Un estudio realizado por el Real Instituto Elcano, publicado en febrero, mostró que el 70% de los españoles menores de 30 años ha considerado en algún momento marchar al extranjero. Y en Portugal, el 2% de su población ha emigrado en los dos últimos años. Un récord de 3.000 personas dejan Irlanda cada mes y, aunque algunos de ellos son extranjeros que vuelven a casa, muchos son irlandeses, precisa Lynn.
En Grecia, la tasa de desempleo para los menores de 25 años ronda el 62%.En España, el 56% y en Portugal es del 42% y sigue en aumento mes a mes.
No es sorprendente que muchos se trasladen a Alemania. Más de un millón de inmigrantes marcharon al país el germano el año pasado, según la Oficina Federal de Estadísticas, lo que supone un aumento del 13% respecto al año anterior.
Los países pueden permanecer en la Eurozona, pero las personas pueden salir. Y en su opinión, y a un ritmo dramático, eso es lo que parece estar sucediendo. "El área del euro y Europa están empezando a ver oleadas de migración a un nivel no visto desde los grandes éxodos del siglo XIX a los nuevos mundos de América y Australia".
Pero eso puede ser justo lo que la Eurozona precisa para que el euro funcione mejor, piensa Lynn. Claro que también podría dejar una periferia vacía. "Las cifras son alarmantes", comenta. La emigración italiana aumentó alrededor de un 30% el año pasado, llegando a 79.000 personas. Tradicionalmente, los italianos han emigrado, pero la categoría más importante ahora es la de los jóvenes de la parte norte, más rica, del país. Los menores de 40 años suponen la mitad del total, comparado con el 30% de dos años atrás.
Un estudio realizado por el Real Instituto Elcano, publicado en febrero, mostró que el 70% de los españoles menores de 30 años ha considerado en algún momento marchar al extranjero. Y en Portugal, el 2% de su población ha emigrado en los dos últimos años. Un récord de 3.000 personas dejan Irlanda cada mes y, aunque algunos de ellos son extranjeros que vuelven a casa, muchos son irlandeses, precisa Lynn.
En Grecia, la tasa de desempleo para los menores de 25 años ronda el 62%.En España, el 56% y en Portugal es del 42% y sigue en aumento mes a mes.
No es sorprendente que muchos se trasladen a Alemania. Más de un millón de inmigrantes marcharon al país el germano el año pasado, según la Oficina Federal de Estadísticas, lo que supone un aumento del 13% respecto al año anterior.
Una mejora poco probable
Con la mayor parte de la Eurozona prácticamente en depresión, piensa Lynn, es poco probable que en países como Grecia, España o Portugal la situación del mercado laboral mejore. En circunstancias como esas, emigrar es algo racional, apunta.Así pues, y para ser justos, apunta Lynn, la migración masiva es precisamente lo que la zona euro necesita para que la moneda única funcione. Una de las críticas al euro cuando se lanzó fue que no era probable que se registrase en la Eurozona la misma movilidad laboral que en EEUU.
Crece la movilidad laboral y hasta cierto punto, ello ayudará a equilibrar la economía. Los salarios caerán en Alemania a medida que cada vez más trabajadores inunden el país, y empezarán a aumentar en la periferia, a medida que la gente se marcha. En cantidades moderadas, pues, la libre circulación de personas es buena para la economía, al igual que la libre circulación de cualquier otro factor de producción.
Sin embargo, esta situación implica ciertos problemas. Uno de ellos que, por lo general, los trabajadores que emigran son los más cualificados. Sin contar que la mayoría de países de la periferia tienen ya importantes problemas demográficos, con una población cada vez más envejecida. A medida que los jóvenes se van, la población restante se hace cada vez mayor. Y como se llevan sus ingresos fiscales con ellos, el déficit público se hacen más grande, concluye Lynn.
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