Cinco años después de que explotara la burbuja inmobiliaria, la tasa de desempleo Española alcanza el 27,2% tras el primer trimestre de 2013. Este dato es demasiado trágico para comprender su alcance, pero el 19,5% de la población activa ha estado desempleada durante los últimos seis meses; 15,3% durante el pasado año y 9,2% durante los últimos dos años. Esta situación, parecida a la Gran Depresión de los años 30 en EE.UU se pueden ver en el cuadro siguiente, realizado por el Instituto Nacional de Estadísica.
Aquí se representa la historia del comportamiento del desempleo en España en tres momentos. Durante el boom inmobiliario, el desempleo era relativamente alto debido a los persistentes problemas estructurales. Después se inició la explosión de la burbuja inmobiliaria y el “Lehmangeddon” en 2008.Pero el paro ha seguido creciendo una vez que la situación se ha calmado, si bien es verdad que a un ritmo menor. La combinación de activos tóxicos y recortes presupuestarios, ha provocado que el empleo haya seguido destruyéndose. En otras palabras, la austeridad no ha iniciado el camino a la prosperidad. Ha sido el camino a la depresión.
Pero la historia real de la depresión española ha sido la historia de los indignados: la mayoría jóvenes desempleados de larga duración. En el siguiente cuadro se ve con más claridad esta situación. Casi todo el aumento del desempleo desde 2010 se ha debido al incremento del desempleo de largo plazo, de dos años o más.
Pero la historia real de la depresión española ha sido la historia de los indignados: la mayoría jóvenes desempleados de larga duración. En el siguiente cuadro se ve con más claridad esta situación. Casi todo el aumento del desempleo desde 2010 se ha debido al incremento del desempleo de largo plazo, de dos años o más.
En otras palabras, el desempleo es una trampa en la que se puede entrar pero de la que no se puede salir. Ciertamente, el ratio de nuevos parados se ha estabilizado en un severo, aunque no demasiado terrible, nivel, como se puede ver en las lineas relativamente estabilizadas de color azul claro, rojo y verde. El incesante incremento de la linea morada, en cambio, muestra que el ratio que muestra el éxito a la hora de de encontrar un trabajo para los parados de larga duración se ha derrumbado.
Esto es lo que se parece una clase baja permanente.
Los problemas del mercado laboral en España se dividen en dos grandes factores: un exceso de regulación, e insuficiente educación. Es casi imposible que las empresas se deshagan de los trabajadores de mayor edad, lo que crea un mercado de trabajo horriblemente bifurcado. Hay trabajadores fijos que no pueden ser despedidos, y los temporales que sí pueden, lo son. Como Clive Crook puntualiza, un tercio de la fuerza laboral en España son trabajadores temporales que disfrutan de poca protección y menos oportunidades. Las empresas se olvidan de estos trabajadores más jóvenes, y no se molestan en invertir en capital humano. ¿Por qué hacerlo? Estos trabajadores temporales serásn despedidos a la primera señal de problemas económicos. Los jóvenes quedan atrapados en un ciclo de desempleo temporal, ya que las empresas se resisten a que sean fijospor la dificultad posterior de despido.
Pero la situación es aún peor. La crisis de la vivienda no ha arrojado únicamente sombras sobre los hogares y los balances bancarios, sino que se ha extendido también sobre la educación de los jóvenes. En su apogeo, la construcción suponía el 19% de la economía española, lo que empujó a muchos jóvenes a abandonar sus estudios para trabajar en el sector. Pero ahora que la construcción ha entrado en hibernación, todos esos jóvenes están desempleados y sin formación para conseguir un trabajo de nuevo. E incluso si consiguen puestos de trabajo temporales, las empresas no van a gastar dinero en su formación para que puedan desarrollar sus habilidades.
Es difícil ver motivos para el optimismo. A pesar que los costes de endeudamiento del gobierno español han caído desde que el BCE presentó su respaldo, los costes de financiación de los españoles no lo han hecho. Las pequeñas y medianas empresas españolas no pueden conseguir capital salvo en condiciones prohibitivas. Este mecanismo de transmisión roto significa que España está sufriendo la austeridad de manera mayor que en otros sitios. A pesar de los recortes, el déficit Español ha aumentado desde el 9,4% del PIB en 2011 al 10,6% de PIB en 2012, dado que la economía ha caído más que los costes de los préstamos.El único atisbo de esperanza es el anuncio de que España dispondrá de dos años más para alcanzar su objetivo de déficit. La austeridad (a nivel interno) no es suficiente, España necesita de estímulos. Probablemente necesite un rescate al estilo de Chipre. The Economist calcula que los precios de la vivienda en España siguen sobrevalorados en un 20% más o menos, lo que es una muy mala noticia para los bancos, y para la concesión de créditos.
Con estos datos no se exagera cuando se indica al principio del artículo que era una de las cosas más aterradoras que se hayan visto nunca. España necesita una terapia de choque para su mercado laboral, lo que parece una misión imposible cuando más de la cuarta parte de la población está desempleada. En un mundo ideal, España acometería importantes reformas para estimular la economía y el empleo, pero por desgracia no estamos en ese mundo. De hecho, las reformas se están haciendo para reducir su déficit, y caer más profundamente en la depresión.
Permitanme concluir el artículo con esta deprimente pregunta: Asumiendo que todo marchara a la perfección, ¿Cuánto tiempo va a tardar la tasa de desempleo en España en situarse por debajo del 20 porciento?
No ses necesario responder.
Fuente: www.theatlantic.com
La caida de las viviendas y las leyes de contratación alimentan el desastre
¿Por qué la depresión laboral en España ha sido tan grande? Después de todo, su PIB está tan “sólo un 4,1%” por debajo de su nivel de 2007, frente el 5,8% de Portugal, el 7% de Italia y el 20% de Grecia. Pero a pesar de esto, el desempleo es mayor que en el resto de países. En otras palabras, el desempleo español no se debe únicamente a una demanda insuficiente, sino que en gran parte es estructural.Los problemas del mercado laboral en España se dividen en dos grandes factores: un exceso de regulación, e insuficiente educación. Es casi imposible que las empresas se deshagan de los trabajadores de mayor edad, lo que crea un mercado de trabajo horriblemente bifurcado. Hay trabajadores fijos que no pueden ser despedidos, y los temporales que sí pueden, lo son. Como Clive Crook puntualiza, un tercio de la fuerza laboral en España son trabajadores temporales que disfrutan de poca protección y menos oportunidades. Las empresas se olvidan de estos trabajadores más jóvenes, y no se molestan en invertir en capital humano. ¿Por qué hacerlo? Estos trabajadores temporales serásn despedidos a la primera señal de problemas económicos. Los jóvenes quedan atrapados en un ciclo de desempleo temporal, ya que las empresas se resisten a que sean fijospor la dificultad posterior de despido.
Pero la situación es aún peor. La crisis de la vivienda no ha arrojado únicamente sombras sobre los hogares y los balances bancarios, sino que se ha extendido también sobre la educación de los jóvenes. En su apogeo, la construcción suponía el 19% de la economía española, lo que empujó a muchos jóvenes a abandonar sus estudios para trabajar en el sector. Pero ahora que la construcción ha entrado en hibernación, todos esos jóvenes están desempleados y sin formación para conseguir un trabajo de nuevo. E incluso si consiguen puestos de trabajo temporales, las empresas no van a gastar dinero en su formación para que puedan desarrollar sus habilidades.
Desesperanzados
Es difícil ver motivos para el optimismo. A pesar que los costes de endeudamiento del gobierno español han caído desde que el BCE presentó su respaldo, los costes de financiación de los españoles no lo han hecho. Las pequeñas y medianas empresas españolas no pueden conseguir capital salvo en condiciones prohibitivas. Este mecanismo de transmisión roto significa que España está sufriendo la austeridad de manera mayor que en otros sitios. A pesar de los recortes, el déficit Español ha aumentado desde el 9,4% del PIB en 2011 al 10,6% de PIB en 2012, dado que la economía ha caído más que los costes de los préstamos.El único atisbo de esperanza es el anuncio de que España dispondrá de dos años más para alcanzar su objetivo de déficit. La austeridad (a nivel interno) no es suficiente, España necesita de estímulos. Probablemente necesite un rescate al estilo de Chipre. The Economist calcula que los precios de la vivienda en España siguen sobrevalorados en un 20% más o menos, lo que es una muy mala noticia para los bancos, y para la concesión de créditos.
Con estos datos no se exagera cuando se indica al principio del artículo que era una de las cosas más aterradoras que se hayan visto nunca. España necesita una terapia de choque para su mercado laboral, lo que parece una misión imposible cuando más de la cuarta parte de la población está desempleada. En un mundo ideal, España acometería importantes reformas para estimular la economía y el empleo, pero por desgracia no estamos en ese mundo. De hecho, las reformas se están haciendo para reducir su déficit, y caer más profundamente en la depresión.
Permitanme concluir el artículo con esta deprimente pregunta: Asumiendo que todo marchara a la perfección, ¿Cuánto tiempo va a tardar la tasa de desempleo en España en situarse por debajo del 20 porciento?
No ses necesario responder.
Fuente: www.theatlantic.com
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