Los inversores ignoran los bonos alemanes por su escasa rentabilidad, mientras que la prima de riesgo española sigue creciendo y el Ibex 35 ha marcado este miércoles su segundo mínimo del año.
La economía alemana, la única que hasta ahora había sobrevivido a la crisis de deuda soberana, sufrió el miércoles una de las peores subastas públicas de su historia reciente. La baja rentabilidad de sus bonos a diez años provocó la indiferencia de los inversores, obligando al Tesoro a retener el 40% de la emisión prevista. La noticia provocaba el desplome de todas las Bolsas europeas, especialmente de la española, donde el Ibex 35 marcaba su segundo mínimo anual.
Hasta ahora, la crisis de deuda se había basado en un principio muy básico: la desconfianza. Los inversores no creen en la capacidad de los Estados de pagar su deuda y por eso exigen una alta rentabilidad. Los tipos de interés suben, lo que, desde un punto de vista positivo, permite cubrir la oferta.
Mientras esto ocurría en España o Italia, en Alemania sucedía lo contrario. El país germano era visto como el más seguro de toda la zona euro y los inversores compraban su deuda como un valor refugio, lo que bajaba los tipos de interés. Sin embargo, este "exceso de confianza" ha terminado por dar problemas al país.
En la jornada del miércoles, el rendimiento ofrecido por los bonos alemanes a diez años resultó un 5,2% inferior al abonado en la subasta del pasado 19 de octubre, lo que provocó otra crisis de deuda diferente: los inversores no acudieron a comprar y el Tesoro tuvo que conformarse con colocar 3.644 millones de euros, un 60% del objetivo inicial. Fue uno de los peores resultados de las subastas en su historia reciente, según los datos difundidos por la Agencia Federal de la Deuda Alemana.
Así, la crisis de deuda apunta ahora a Berlín, pero sin soltar al resto de los países miembros. En los mercados secundarios, el diferencial entre la deuda italiana y el bund se ampliaba a media sesión hasta los 501 puntos básicos, con un rendimiento del 6,96%.
El francés tampoco quedaba inmune: el spread alcanzaba los 167,4 puntos básicos, acercándose así a la barrera de los 200 puntos, una cifra que nunca en su historia ha alcanzado. Las malas cifras llegaban, además, en un día en el que la agencia de calificación Fitch Ratings advertía al Gobierno galo de la posibilidad de perder la triple A si la crisis de deuda se intensificaba.
Mientras, en España, la prima de riesgo mantenía la tendencia alcista de las últimas semanas, situándose en niveles superiores a los 460 puntos básicos con una rentabilidad de 6,67%. Y eso a pesar de comenzar la sesión con un ligero alivio, tras el anuncio del Fondo Monetario Internacional (FMI) de que abriría una nueva línea de crédito para países con problemas.
La noticia de la subasta pública alemana frustró esa mejoría y volvió a poner en alerta al futuro presidente Mariano Rajoy, del que la Unión Europea espera la puesta en marcha de nuevas medidas, especialmente orientadas a acabar con el desempleo juvenil.
"Debe haber algo que va profundamente mal si el paro está por encima del 20%", decía el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn. "Si yo fuera un español joven y me enfrentara a un paro juvenil de más del 40%, mientras que el paro en Países Bajos es del 4% o el de Austria del 5%, me preguntaría por qué, y esto tiene que estar relacionado, no con la localización geográfica, sino con las instituciones, las políticas y el funcionamiento, o el mal funcionamiento, del mercado laboral".
Teniendo en cuenta esto, la Comisión Europea le ha pedido a Mariano Rajoy que emprenda de forma prioritaria una reforma laboral que incluya la introducción de un contrato único. Esa, han dicho, "puede ser parte de la solución".
Mientras, el nuevo primer ministro italiano Mario Monti, también en el punto de mira, ha felicitado a Rajoy por su victoria electoral y le ha invitado a "afrontar juntos" los "desafíos" de esta "coyuntura económica internacional".
Las bolsas responden
Como suele ser habitual, las declaraciones de los líderes europeos y lo que ocurre en los mercados secundarios han terminado contagiando a los de renta fija, provocando grandes desplomes en todas las Bolsas europeas.
El Ibex 35 ha retrocedido un 2,09% al cierre de la jornada, una caída que le ha alejado de la cota de los 8.000 puntos enteros y lo ha situado en los 7.739. Se trata de la tercera caída consecutiva y del segundo mínimo del año. Los mayores descensos los han protagonizado Indra (-5,08%), Arcelormittal (-4,01%) e Inditex (-3,44%).
Al selectivo madrileño sólo le superó el italiano, que cerró la sesión con un desplome del -2,6%. Otros índices europeos también cerraron en rojo: el Cac de Paris lo hizo con un -1,4% y el Dax de Francfort con un -1,2%.
Wall Street también vivió una jornada negra, perdiendo un 1,66%. La situación de Estados Unidos, sin embargo, es un tanto diferente. Más que la subasta pública alemana o la crisis de deuda en otros países de la zona euro, lo que preocupa a los inversores al otro lado del Atlántico es el paro.
Las pérdidas se producían, entre otras cosas, por la publicación de los últimos datos: en la semana que concluyó el pasado 12 de noviembre, el número de personas que recibían algún tipo de protección frente al desempleo aumentó hasta los 3.691.000 personas, lo que supone 68.000 beneficiarios más que en la semana anterior.
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