Don Rodrigo Rato cobró el año pasado como presidente de Bankia dos millones trescientos cuarenta mil euros (más el variable). O lo que es lo mismo: 260 salarios mínimos anuales. O dicho de otra manera: ganó en un día y medio lo que un trabajador con el salario mínimo tarda en ganar todo un año. O explicado aún más claro: cobró en 2011 lo que a un trabajador en precario le costaría dos siglos y sesenta años en el tajo.
El salario de Rato no es sólo indecente por comparación, sino porque todos hemos pagado indirectamente una parte, a través de nuestros impuestos. Bankia es una de las entidades financieras apuntaladas con los fondos públicos: ha recibido 4.465 millones de euros del FROB. Y también es otro de los muchos bancos y cajas españoles a los que habrá que desintoxicar de su adicción al ladrillo, pagando un banco malo a modo de rescate. Nuestro sacrificio permite estas fiestas.
Ante esta situación, que “crea alarma social” el osado ministro de Economía, Luis de Guindos, se ha atrevido a mandar una carta quejándose ante el Banco de España. De Guindos sabe de lo que habla: él mismo cobró 65.000 euros en 2011 por unas cuantas reuniones en el consejo del Banco Mare Nostrum (que pidió 915 millones de euros al FROB). También podría mirar en casa: en el listado de afilados del PP. Entre los agraciados con los sueldazos de las cajas –unos nombramientos políticos– está el expresidente por el PP de la Generalitat Valenciana José Luis Olivas, presidente del quebrado Banco de Valencia, que el año pasado ganó 1,6 millones de euros de premio, por su ruinoso trabajo. O el presidente de la Diputación de Ávila, el hombre de los trece cargos, Agustín González, que se llevó224.000 euros por su minijob a tiempo parcial en Bankia y en Caja Ávila. O el exministro Ángel Acebes, que compaginó un sueldito en una filial de Bankia (163.000 euros en 2011) con un escaño en el Congreso de los Diputados.
Fuente: www.escolar.net
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