Así se ha puesto de manifiesto en la presentación de la memoria de actividades de 2010 de la Confederación de Entidades para la Atención a las Adicciones, que integra centros asociados de seis comunidades autónomas españolas, Cataluña, Euskadi, Castilla-León, Extremadura, Aragón y Valencia.
La crisis ha llevado a grupos de personas drogodependientes a las puertas de centros de deshabituación para someterse a tratamientos de desintoxicación, ante la imposibilidad de hacer frente a los gastos generados por su consumo.
La portavoz de la Confederación, Estíbaliz Barrón, ha explicado que aunque su organización carece todavía de datos precisos para valorar el impacto de la crisis en el consumo de drogas, se han podido percibir signos de su influencia.
"Sabemos -ha comentado- que estimulantes como la cocaína son las sustancias que más se consumen en épocas de bienestar, y que otras depresoras del sistema nervioso central como el alcohol, el cannabis o la heroína son más propias en momentos de crisis y se usan como anestésico emocional, pero quizá es temprano establecer alguna conclusión más allá de esto".
Ha destacado a este respecto que en algunos centros asociados, como el de Zaragoza, se ha atendido a personas que solicitaban tratamiento de deshabituación al no poder costearse sus adicciones.
Barrón ha subrayado que estas personas suelen encontrarse en fases iniciales del consumo pero con problemáticas "serias" de dependencia, y cuyo principalmente argumento para motivar su petición de ayuda es la falta de medios económicos.
En su opinión, "quizá la crisis hace que estas personas tomen conciencia de que no pueden generar gasto, ni siquiera para consumir droga".
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