viernes, 26 de marzo de 2010

30 euros por diez horas de trabajo

Un restaurante de las afueras de Madrid nos presenta un caso ejemplar de quien se aprovecha de la gran cantidad de mano de obra disponible y “explotable”.


El Restaurante Biandi está ubicado en una zona de oficinas de Aravaca (Madrid). Bajando del bus 162, hay que andar unos 15 minutos, y es casi imposible llegar al destino sin pedir informaciones a las pocas personas que se pueden encontrar en esa zona después de las 5 de la tarde. A estas horas, el Biandi ya está cerrado, pero a lo largo del día ha servido de comedor a los trabajadores del vasto complejo de oficinas que lo rodea. Nadie se queja: “limpio rápido y comida muy rica”, nos dicen. Pero detrás de su vitrina transparente se esconde una de las muchas empresas de hostelería que aprovecha la situación de crisis para abusar de quienes estén buscando un trabajo.

R., español de 29 años, vio la oferta en internet. Prometía un contrato indefinido, jornadas de trabajo de ocho de la mañana a cinco de la tarde e ingresos de hasta 1.700 euros para los cocineros. “Llevaba viendo ese anuncio desde por lo menos cinco meses. Me dije que había algo raro, pero me quedé sin trabajo y decidí llamar”. A los tres días fue llamado para hacer una entrevista. “Al entrar en el restaurante me impactó la cantidad de currículos almacenados que vi”. Entre estos, el suyo, en las manos del encargado de cocina que le entrevistó. “Me explicó lo básico, me habló del sueldo de 1.300 euros al mes, y me dijo que fuera el lunes de prueba. Dejó en el aire el tema de cobrar en el día de prueba. Tuve que insistir, pero al final aceptó”.

Según la última reforma laboral, durante el período de prueba “las partes están obligadas a efectuar los pagos correspondientes a los aportes y contribuciones”. Pero esto no fue lo que le ocurrió a R.: “El lunes, cuando llegué, el ambiente era muy pesado. De los cinco que trabajábamos en la cocina, incluido el jefe de cocina, dos estábamos de prueba, y uno estaba en el último de sus cuatro días de prueba. Fue una jornada agotadora, con prisas y agobios hasta las seis de la tarde, y tuvimos diez minutos para comer, además, de pie. Me di cuenta de que ellos no buscaban a alguien con experiencia, sino gente a la que pudiesen manejar”.

Al final del día, los jefes del Biandi le dijeron a R. que estaban contentos con su trabajo. Sin embargo, cuando preguntó por el sueldo del día, las sonrisas desaparecieron. “Me dijeron que volviera una semana después. Así hice, y recibí 30 euros por las diez horas que había trabajado allí. Estoy seguro de que fui el único que cobró aquel día”. Al volver a su casa, R. puso en la web Loquo.com un comentario en el que denunciaba el trato recibido en este restaurante. Un empleado del complejo de oficinas que rodea el Biandi, confirma a este periódico que las caras de los dependientes del restaurante cambian cada semana: “Llevo viniendo aquí más de 5 años, y cada semana están de entrevistas. He visto de todo: gente que venía con su abogado, otros amenazando al dueño...”.




Los abusos impunes

Entre los otros testimonios recopilados, todas historias muy parecidas a la de R., está la de Z. Él no tuvo que presentar su alta en la Seguridad Social “ni nada por el estilo”, y fue enviado a trabajar tres horas en la cercana cafetería para empleados de las oficinas de ONO, de la que el restaurante tiene la explotación. “No sé si en ONO verían bien este asunto, ya que tendrían que comerse el problema”. En vez de llevar el caso al juzgado, R. ha preferido avisar del caso en la misma web en la que había encontrado el anuncio, así como hizo otro usuario anónimo en junio de 2009.

Denuncias de estafas y abusos laborales se encuentran cada vez más a menudo en la web, y hay páginas que se han especializado en recopilarlas. En una de estas, http://www.abusospatronales.es/, se encuentran muchos más casos de explotación laboral en el ámbito de la hostelería. “La verdad es que ni existen bases de datos fiables sobre casos como este, lo que es bastante representativo” –explica el creador de la página, Enrique Martín Criado, profesor en el departamento de sociología de la Universidad de Sevilla–. “Los muchos casos que llegan a los sindicatos y a los juzgados son sólo la punta del iceberg: la mayoría de los abusos quedan impunes, precisamente por el miedo al despido”. Según Enrique Martín Criado, los causantes de esta situación son “en primer lugar, el desconocimiento de sus derechos laborales por parte de buena parte de los trabajadores. Un Estado de Derecho no puede existir como tal si los ciudadanos no conocen sus derechos, y es obligación del Estado facilitar esos conocimientos a toda la población”.

Otro elemento que facilita los abusos es la falta de presencia sindical efectiva, como señala Criado, “en el sector de la hostelería, solo el 8,5% de los trabajadores está afiliado a un sindicato”. Junto a esto, Criado denuncia el reducido número de inspectores, algo que facilita los abusos, porque nadie teme recibir la visita de un inspector: “el número de inspectores, es ínfimo en relación a las empresas, lo que permite una impunidad generalizada”.

3 comentarios:

  1. ZAPATERO- PRESIDENTE26 de marzo de 2010, 14:00

    Todo está camino de solución, este es de los pocos sitios que no ha llegado la mano del presidente. Pero estos casos se cuenta con los dedos de la mano een toda España.

    Fdo: ZAPATERO PRESIDENTE DE TODOS LOS CIUDADANOS ESPAÑOLES

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  2. ZAPATERO-PRESIDENTE26 de marzo de 2010, 14:08

    Este es uno de los pocos casos, donde no ha llegado la mano de vuestro Presidente. PUEDO DECIROS QUE SE CUENTAN CON LOS DEDOS DE LA MANO IZQUIERDA DONDE NO HEMOS LLEGADO.

    FDO: ZAPATERO, PRESIDENTE DE TODOS LOS CIUDADANOS ESPAÑOLES

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  3. Sabéis quien es el dueño de Biandi?

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