El plan de subida de impuestos toma cuerpo. Ni un impuesto, ni otro de forma aislada. Sino todos al unísono. Y especialmente en unos tramos que afectan en su gran mayoría a las rentas de más de 35.000 euros.
La necesidad de fondos del Ejecutivo para combatir el déficit de más del 10% (100.000 millones de euros) le llevará a plantear a partir de la próxima semana una subida generalizada de impuestos.
-IVA. Será uno de los grandes protagonistas, con un incremento de un máximo de dos puntos, hasta el 18% (desde el 16% actual). Eso sí, por el momento, la idea es presentar la subida como un alza únicamente temporal, algo que, sin embargo, los técnicos rechazan que pueda cumplirse, pues, más que presumiblemente, deba mantenerse en ejercicios posteriores. De momento, se descarta plenamente la subida del tipo que afecta a los productos de primera necesidad, en el 4%, y sigue en estudio la posibilidad de trasladar la subida también al tipo del 7%, aunque la opinión de buena parte de los técnicos del Ministerio es negativa a elevar el gravamen en este tramo, donde se encuentra, por ejemplo, la vivienda.
-IRPF. El Ejecutivo planteará una reducción del famoso cheque de 400 euros. Eso sí, de forma selectiva, de manera que las rentas más bajas, posiblemente las que no alcancen una cifra entre los 30.000 ó 35.000 euros anuales, sigan manteniendo la deducción. El resto perdería esa rebaja fiscal, una de las bazas de las elecciones de 2008. El Gobierno sabe que gran parte de los contribuyentes perdería este incentivo: la mayor parte de declarantes que percibían íntegramente los 400 euros se encontraban por encima de los 25.000 euros de ingresos brutos.
-Vivienda. La eliminación de la deducción por vivienda, manteniendo los derechos adquiridos, también figura en el plan de subidas. En esta ocasión, de nuevo, las rentas más bajas, presumiblemente las inferiores a unos 25.000 euros, mantendrán la deducción del 15% en el IRPF del importe, hasta un máximo de 9.000 euros por contribuyente, de los intereses más el principal pagado por año para sufragar la compra de la vivienda habitual. Los nuevos compradores con rentas superiores a esos niveles perderán la posibilidad de deducir. Este incentivo, que irá, así, paulatinamente desapareciendo, es uno de los mayores mecanismos actuales de rebaja del pago de impuestos: el dinero dejado de pagar por los contribuyentes gracias a esta desgravación asciende a 4.268 millones de euros por año.
-Rentas del capital. Aunque aún depende de la estructura de apoyos políticos del Gobierno de cara a la aprobación de los Presupuestos, lo cierto es que parece bastante probable que se tenga que ceder a las presiones del PSOE, ERC e ICV y se aplique un endurecimiento de la tributación del ahorro. El tipo aplicable a las plusvalías de fondos, acciones o inmuebles, o intereses de las cuentas, renta fija o depósitos pasaría del 18% al 20%.
- Sicavs. Esta subida arrastraría a los distintos productos o mecanismos de ahorro más sofisticados y selectivos: las sociedades de inversión de capital variable (sicavs), que pasarían a tributar a un tipo único del 20%. A cambio no tendrían que pagar ya en el reparto de dividendos a sus propietarios. De este modo, las sicav podrían tener que tributar por las operaciones de compra-venta de valores realizadas al cierre del año a ese tipo del 20%, aunque no hubiesen trasladado sus beneficios a los partícipes o acciones. Hacienda estudia igualmente arrastrar hacia este mecanismo de liquidación anual de beneficios y pago de impuestos en cada ejercicio al ahorro que puedan mover las sociedades holding, instrumentales o el resto de mecanismos que sean calificados por Hacienda como instrumentos camuflados de ahorro.
- Impuestos Especiales. El Gobierno no oculta que, dentro de este grupo, incluso los tributos que ya han subido, como la gasolina y el tabaco, pueden registrar nuevos incrementos.
Los socios catalanes presionan para endurecer la tributación del tipo máximo de la Renta
- Tipo máximo del IRPF. Pero el plan no acaba ahí. El Gobierno guarda ases en la manga. De este modo, dependiendo de la presión que ejerzan los socios parlamentarios (ERC e ICV), el Ejecutivo no descarta del todo tener que utilizar una subida del tipo máximo del IRPF para rentas cercanas a 90.000 ó 100.000 euros. No es el escenario querido por el Gobierno, pero la presión desde la izquierda para que aborde esta opción empieza a crecer. Los estudios elaborados por los técnicos apuntan a que esta subida, desde el tipo actual del 43%, no debería llegar a superar el 47% ó 48% por los efectos perjudiciales y su escasa eficacia recaudatoria.
- Futbolistas. Otro de los ases, eso sí, de menor cuantía es la eliminación, sin efecto retroactivo, del sistema de tributación por atracción de talento. Este mecanismo permite que los deportistas y otros profesionales de diversos sectores empresariales tributen en España en un único tipo fijo del 24%. Algunos de los socios del PSOE quieren acabar con este mecanismo para los deportistas, y Hacienda rechaza que haya que eliminarlo para el resto de profesionales (ejecutivos, investigadores, etc). La decisión aún depende de las negociaciones parlamentarias hasta diciembre.
Suma y sigue en el ajuste de ZapateroLas cuentas no cuadran ni siquiera con la subida generalizada de impuestos. La suma del auge de ingresos con este enorme paquete de medidas rondaría los 11.000 ó 12.000 millones de euros, por lo que deberá haber un Plan B. ¿Cuál es este? Las comunidades y la subida camuflada del IRPF en años sucesivos.
Hacienda exige ya la devolución de 6.000 millones a las CCAA por adelantos excesivos de dinero realizados en el pasado. Al haber caído la recaudación, resulta que los cálculos del dinero que se les podía dar a las autonomías se han quedado totalmente largos, con lo que las regiones deben devolver, tal y como recoge la ley. Pero esta misma situación seguirá ocurriendo en los próximos años, puesto que el nuevo modelo de financiación autonómica ha recogido de nuevo este error. Eso sí, la petición de esas devoluciones provocará un clima de fuerte tensión con las autonomías.
La otra pata del Plan B será la subida encubierta del IRPF. España cerrará este en deflación, pero prácticamente en un nivel entre el 0% y el -0,1%. A partir de ahí, cualquier alza de inflación hará que las deducciones, mínimo exentos y el resto de elementos del IRPF vayan perdiendo valor real.
El recorte del gasto también se ha sumado a esta lista. Sin embargo, los departamentos técnicos rechazan que se alcancen los 15.000 millones insinuados por Zapatero. Según ellos, la cifra real de recorte que se obtiene alcanza 8.000 millones, lo que no le da el margen que quería el presidente. Todo esto es la cruz de una inmensa moneda cuya cara es muy reducida: la de una pequeña rebaja de impuestos para pymes que no hayan destruido empleo con respecto a su plantilla media de 2008.
A la vista de esta enorme desproporción, desde departamentos técnicos del Gobierno se ha planteado la posibilidad de extender esta rebaja de Sociedades de las pymes, que reduciría el tipo desde el 25% actual hasta el 20%, a grandes empresas, que pagan el 30%. Con todo, desde los propios salones de Hacienda asumen que la reforma tiene una forma variable, siempre dependiendo de que sea ICV o ERC el respaldo a la Ley de Presupuestos o que lo sea PNV.
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